Testimonios

Wilson Tejada Mazo

Sueños postergados pero no desplazados

Wilson Tejada Mazo

De raíces muy humildes, Wilson Tejada Mazo ha sido agricultor toda su vida. Desde muy pequeño empezó a trabajar para contribuir con el sustento de su familia, ya que su padre sufrió un accidente vehicular con el que perdió la movilidad de sus piernas.

Hoy, a sus 58 años, es responsable de tres nietos y en su trayectoria de vida ha sido víctima de cuatro desplazamientos forzados en la región antioqueña en las zonas de Ituango, Briceño y San Andrés de Cuerquia, de esta última es oriundo y allí reside actualmente.

Aunque en la Arenera del Cauca en Antioquia, Wilson había incursionado en la minería, el desplazamiento lo retiró de esta actividad; su vivienda en el lugar fue quemada y los cultivos que tenía los destruyeron. “Lo perdí todo. Sólo me llevé la ropa que traía puesta”, expresa sin rencor y reflejando el haber ganado una experiencia de vida y el renacer como un ave Fénix.

En 2016 y por sugerencia de un sobrino suyo, -que había hecho realidad el sueño de tener su propia tierra y que ya liberó del crédito- se afilió como asociado a Microempresas de Colombia, cooperativa con la que ya ha obtenido dos préstamos. El primero lo empleó para terminar de pagar y adecuar una vivienda en el casco urbano de San Andrés de Cuerquia. El segundo crédito lo dispuso para adquirir un terreno destinado a manejar varios cultivos.

Actualmente su actividad agrícola la centra en la cosecha de café cacao, yuca y plátano, aunque le preocupa la situación actual del campo, dado que ha sido perjudicado por las inclemencias del tiempo. “El extenso invierno dañó el cultivo de la yuca que tenía y eso me conlleva a pérdidas, pues por la calidad cosechada no obtengo compradores; sin embargo, sigo en este juego de ruleta sin perder la fe”.

En su labor campesina había intentado tener créditos con distintas entidades bancarias, pero siempre hubo obstáculos insuperables de requisitos y papeleo, que sólo venció con la facilidad obtenida con Microempresas. “Cuando uno solicita un crédito en el campo es porque lo necesita de inmediato, alguna vez intenté con otras entidades y la entrega del dinero se daba luego de seis meses, lo que honestamente no nos sirve”, explica Wilson.

Aunque es consciente de que las adversidades sociales y climáticas han postergado sus sueños, su deseo de realizarlos ha sido mayor y por eso asumió el riesgo de solicitar su crédito para tener una casa y un terreno propio en épocas donde la actividad agrícola es difícil para productores de su talla. “Aunque muchas cosas puedan pasar, nunca hay que perder la fe”, concluye.