Manos que siembran progreso
Mujeres trabajadoras y empoderadas que hacen país y construyen sociedad
La mujer se ha convertido, en los últimos tiempos, en un sujeto especialmente relevante para el desarrollo, no sólo económico, sino también social y cultural de las zonas rurales. Y, en este sentido, el emprendimiento rural en los últimos años ha adquirido un papel cada vez más protagonista, ya que contribuye a la modernización y sostenibilidad de estos entornos gracias a la creación de nuevas empresas que, en muchas ocasiones, implementan nuevos modelos de negocio distintos de los tradicionales.
En este mes de marzo, aprovechamos para exaltar su labor, ya que desde nuestra función social y económica, aportamos a ocho de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyendo el objetivo número 5 de igualdad de género, gracias a nuestros programas con enfoque de género y la promoción de la participación de la mujer rural en el desarrollo local, lo que se ve reflejado en las siguientes cifras producto de la gestión del año 2020:
Según cifras de ONU Mujeres, de cada 10 trabajadores en el agro, cuatro son mujeres; 1/4 de la población mundial son mujeres rurales, el 43% de ellas trabaja en agricultura y el 16% del comercio agrícola de América Latina está liderado por mujeres.
Para nuestra directora ejecutiva, María Teresa Gómez Gallego, “El modelo de actuación de Microempresas de Colombia es integral partiendo desde el ser, reconociendo a las mujeres como sujetos de derechos. Es así como desarrollamos competencias para el respeto, defensa, promoción y exigencia de los derechos humanos, porque entendemos el ejercicio y empoderamiento de ellas como una garantía para la construcción participativa de escenarios de convivencia pacífica y creamos programas enfocados en el empoderamiento social, económico y político de las mujeres como protagonistas del desarrollo territorial y de la construcción de la paz”.
Es así como hoy desarrollamos alianzas para ejecutar programas y proyectos de cooperación nacional e internacional, que nos permitan ejercer metodologías de atención diferenciadas para mujeres, jóvenes, indígenas, migrantes en contextos urbanos y rurales, con especial atención en procesos de equidad de género y un respeto por la diversidad, ejes que nos direccionan hacia la consolidación de una sociedad más justa, equitativa e incluyente.
Por su parte, para Fabiola Cortés, de la vereda Naranjal Arriba, y quien pertenece a nuestros proyectos de empoderamiento de mujeres en Sonsón, Antioquia, “Gracias al empoderamiento que nos han brindado podemos generar recursos, nos sentimos más incluidas en la comunidad y somos más importantes. También soy líder en la vereda y nos encanta el trabajo en el campo”.