Las mujeres zenú promueven el cuidado de su territorio en los Montes de María mientras dinamizan su economía
Las beneficiarias de la Ruta Etnoecoturística para el Rescate de la Cultura Ancestral Zenú, financiada por el Programa Colombia Sostenible adscrito al Fondo Colombia en Paz, protegen su ecosistema mediante emprendimientos sostenibles.
San Antonio de Palmito (Sucre) Las comunidades indígenas acompañadas por Microempresas de Colombia vienen construyendo la primera Ruta Etnoecoturística para el Rescate de la Cultura Ancestral Zenú del país, un proyecto de gran impacto ambiental, económico y social que financia el Programa Colombia Sostenible adscrito al Fondo Colombia en Paz (FCP) en el PDET Montes de María.
Tras un año de implementación, estas comunidades demuestran su compromiso con la protección de la biodiversidad, a través de la restauración ecológica de más de cinco hectáreas de bosques con especies como caña flecha, árboles maderables y frutales, según indicó Juan Carlos Mahecha Cañón, director del FCP.
“De la mano del pueblo Zenú y el apoyo de Carsucre, hemos sembrado más de 2.000 plántulas, de las que más de la mitad provienen de 61 semilleros artesanales creados y custodiados por los beneficiarios del proyecto. Así estamos aportando a esa gran meta ambiental del presidente Iván Duque, de sembrar 180 millones de árboles en todo el territorio nacional”, puntualizó el director Mahecha Cañón.
En este ejercicio, se destaca el rol de las mujeres Zenú como guardianas del bosque. Entre ellas se encuentran Gleisy Hernández Estrada (artesana) y Grey Pérez (emprendedora), quienes fabrican utensilios de cocina y promueven el uso de recipientes hechos en totumo, para evitar el uso del plástico y el icopor en su territorio.
“Desde que abrí mi negocio de jugos naturales decidí que los serviría en totumas, conservando nuestra tradición y aportando al cuidado del planeta”, aseguró Grey Pérez, propietaria de La Juguera, negocio ubicado en el cabildo de La Gran Vía.
A punta de jugos de zapote, mango, guayaba agría, entre otros, esta emprendedora está convencida que enamorará a los turistas y visitantes que lleguen próximamente a San Antonio de Palmito, a disfrutar de las maravillas naturales y los paisajes exuberantes que se podrán recorrer mediante la Ruta Etnoecoturística en una de las zonas más afectadas por la violencia y la pobreza.
“Gracias a la Ruta estamos recuperando algunas de nuestras tradiciones y fortaleciendo otras. Me emociona pensar que pronto vamos a ver gente de diferentes lugares pasar por nuestras comunidades, quienes con su visita y sus compras nos ayudarán a salir adelante”, expresó Grey Pérez, quien convencida de lo aprendido con el proyecto decidió sembrar árboles frutales en el patio de su casa para producir sus jugos y así aportar a la sostenibilidad desde su unidad de negocio.
Por su parte, Gleisy Hernández Estrada, quien nació en una familia de artesanos y se dedica desde hace doce años a la fabricación de platos, vasos, cucharas y elementos decorativos en totumo, afirmó que si algo ama de su trabajo es tallar en el fruto de este árbol nativo elementos de su cultura y exponer parte de la riqueza natural de su territorio, por eso en sus utensilios es posible ver el trenzado de la caña flecha, pájaros como el barrero y árboles como el roble o la ceiba, típicos del bosque seco tropical.
“Vivo muy agradecida con Dios y la naturaleza porque si no fuera por esos arbolitos entonces no tendría con que trabajar”, dijo Gleisy Hernández Estrada, quien junto a su hermano y en ocasiones su hijo sale a recoger los frutos del totumo por el cabildo de Guaimí, donde vive, para hacer sus artesanías.
Estas dos mujeres rurales hacen parte de la lista de beneficiarios de la Ruta Etnoecoturística para el Rescate de la Cultura Ancestral Zenú, a la que pertenecen 67 familias de 19 cabildos indígenas de San Antonio de Palmito, municipio PDET de los Montes de María. Ambas han recibido apoyo en especie, a través del Programa Colombia Sostenible y con el apoyo de Microempresas de Colombia, para apalancar sus proyectos productivos, así como asesoría empresarial, educación financiera y formación en temas ambientales.
De acuerdo con Olga Meneses, coordinadora de este proyecto PDET desde Microempresas de Colombia: “como estas, son 14 las unidades de negocio o emprendimientos que hasta la fecha han recibido capital semilla”, y agregó que, a los beneficiarios se les han entregado desde herramientas y materia prima hasta insumos para adecuaciones locativas.
“Las unidades productivas beneficiadas hacen parte de los recorridos o circuitos por los que circularán los viajeros que a partir del 2022 lleguen a San Antonio de Palmito para conectarse, aprender y valorar las costumbres, saberes, prácticas y riqueza natural del pueblo Zenú”, explicó Olga Meneses.
Mientras arriban los turistas, tanto Gleisy como Grey seguirán enfocadas en lo que mejor saben hacer: tallar totumos, preparar bebidas y cuidar su territorio, acciones con las que esperan conquistar clientes para dinamizar su economía y mejorar la calidad de vida de su gente.
“La Ruta es una gran oportunidad para nuestro pueblo. Es una excelente noticia que vengan personas de otras partes a conocer nuestra naturaleza, nuestros sitios sagrados y turísticos, nuestro territorio indígena Zenú”, concluyó Gleisy Hernández Estrada, quien con los insumos recibidos está adecuando una zona para la exhibición y comercialización de sus artesanías, y por supuesto, para brindar una atención especial al viajero.