En Bahía Solano trabajamos junto a las comunidades indígenas en favor de la paz y la vida
Porque para Microempresas de Colombia el desarrollo territorial, la paz, la no-violencia y la vida son fundamentales, acompañamos el proceso de retorno de cuatro comunidades indígenas del Resguardo Alto Río Valle-Boroboro, ubicado en Bahía Solano. Ahora, nuestra meta es la consecución de recursos para aportar y fortalecer el proceso que debe ser sostenible comunitario, económico y psicosocialmente.
Hace 8 años y medio, Luis Miguel González llegó a Bahía Solano con una misión: trabajar con y por las comunidades. Actualmente, lidera las acciones del programa de “Empoderamiento de las Mujeres del Pacífico colombiano como Agentes de Paz y Desarrollo”, una iniciativa ejecutada por Microempresas de Colombia y Zabalketa, y financiada por AECID.
Con el tiempo, Ciudad Mutis se ha convertido en el hogar de este sabanero, quien pocas veces viaja a su tierra, pues, Bahía Solano con sus paisajes y su gente lo han cautivado.
“Este territorio es para mí una escuela, en la medida en que aprendo cada día cosas nuevas; un campo de juego, porque los retos y metas de cada proyecto que emprendemos implican esfuerzo y sacrificio permanentes, pero traen también victorias y satisfacciones todos los días; e incluso ha representado un hogar para mí, porque la forma en que la gente me ha acogido me hace sentir en familia”, dice Luis Miguel, un profesional que tiene interiorizados y practica día a día los valores de Microempresas de Colombia, entre ellos: la pasión, la solidaridad, la confianza, la disciplina y la lealtad.
Un hombre que también lleva en su ADN la premisa institucional relacionada con el trabajo constante en favor de la equidad y la paz.
Ejemplo de lo anterior, es el acompañamiento que él y su equipo de trabajo han emprendido en favor del proceso de retorno de cuatro comunidades indígenas del Resguardo Alto Río Valle-Boroboro, que tras vivir el desplazamiento forzado en diciembre de 2020, este año iniciaron su regreso a casa.
“Cuando ocurrieron los hechos de violencia que desencadenaron el desplazamiento masivo de las comunidades, unas de las primeras reacciones del grupo de lideresas indígenas fue establecer contacto con el equipo del proyecto para recibir apoyo en la activación de la ruta de protección de sus derechos y en la respuesta institucional a la emergencia”, cuenta Luis Miguel, quien afirma desde el 2020, mujeres y lideresas de este resguardo participan activamente en el programa de empoderamiento.
Las principales acciones desarrolladas hasta la fecha han sido: acompañamiento psicosocial a las mujeres y población infantil durante el tiempo de refugio, conexión con las autoridades indígenas departamentales y nacionales para garantizar el acompañamiento con enfoque étnico diferencial, y la gestión interinstitucional para la garantía del cumplimiento de una ruta de restitución oportuna y efectiva.
De visita al territorio
A unos 45 kilómetros del casco urbano de Bahía Solano está ubicado el Resguardo Alto Río Valle-Boroboro, para llegar hasta allí es preciso viajar por
tierra y agua, un recorrido hecho, recientemente, por representantes de diversas instituciones de carácter gubernamental y civil para verificar las condiciones del proceso de retorno de las comunidades.
“La respuesta de la población hizo que valiera la pena el viaje y todas sus implicaciones y complejidades logísticas y de seguridad”, explica Luis Miguel y agrega “visitar la zona fue ponerle rostros y nombres a las historias que habíamos escuchado sobre los hechos ocurridos, fue ponernos en sus zapatos e imaginarnos por un momento en esa dramática situación de tener que huir del lugar de arraigo para proteger la vida”.
Tras la visita y teniendo claro el objetivo de aportar a la ejecución del Plan de Retorno, el equipo humano de Microempresas de Colombia ha construido una propuesta de intervención de la mano con Zabalketa en tres líneas fundamentales del plan:
1. La organización comunitaria para mantener condiciones de seguridad en el territorio,
2. La recuperación del tejido productivo de las comunidades y
3. La recuperación de la salud integral y, especialmente, del bienestar psicoafectivo de la población que vivió los traumas del desplazamiento y del tiempo de refugio.
Para llevar a cabo esta misión se está en la búsqueda de recursos en diferentes agencias de cooperación como FOCAD y DFB.
Por ahora, “el proceso de retorno continúa y la prioridad es que este pueda realizarse en condiciones de seguridad, voluntariedad y sostenibilidad. En ese sentido, Microempresas de Colombia seguirá como veedor y acompañante del proceso tanto desde las acciones priorizadas por sus proyectos como desde la capacidad institucional y el capital social disponible”, concluye Luis Miguel, quien reiteró que personal e institucionalmente “tenemos una apuesta por el desarrollo territorial, soñamos un futuro en el que esta región sea un referente transformado de cultura de emprendimiento, una tierra de empresarios de verdad”.
Instituciones participantes
A la visita realizada al resguardo indígena, jornada liderada por la organización Swissaid Colombia, Microempresas de Colombia y Zabalketa, asistieron representantes de la Organización Nacional Indígena de Colombia, la Federación Luterana Mundial (ONG suiza), La Mesa departamental de los Pueblos Indígenas del Chocó, El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el enlace indígena de la Alcaldía de Bahía Solano, El Consejo Comunitario del Río Valle, El Consejo Comunitario Los Delfines y la Mesa Municipal de Víctimas.