El corazón de Microempresas: 4 vidas, 4 historias. Una misma pasión
Patricia Mejía Palacio, Claudia Marín Aguilar, Daniel Ruiz Osorio y Marta Botero Botero llevan décadas escribiendo la historia de Microempresas de Colombia. Descubre cómo su dedicación ha transformado no solo nuestra organización, sino millones de vidas.
En el marco de los 55 años de Microempresas de Colombia, celebramos a quienes han tejido su legado con hilos de servicio e innovación.
Patricia Mejía Palacio, con su liderazgo inspirador; Claudia Marín Aguilar, ejemplo de lealtad crecimiento; Daniel Ruiz Osorio, arquitecto de la transformación digital; y Marta Botero Botero, ángel de los microempresarios rurales, quienes representan los valores que hacen grande a esta institución.
Estas no son solo historias laborales: son testimonios de cómo, cuando una empresa cree en su gente, también transforma socialmente el país.
Patricia Mejía Palacio:
una vida tejida con gratitud y propósito.
Desde que Ilegó hace 22 años como organización le apostó a la creación practicante de derecho, Patricia Mejía Palacio supo que había encontrado más que un trabajo, un hogar. “Fui feliz desde el primer día”, recuerda.
Su recorrido es un testimonio de crecimiento compartido. Como abogada vivió anécdotas entrañables. “¡Hasta que me dieron permiso para mi luna de miel!”. Cuando era coordinadora de cartera celebró el nacimiento de su primer hijo, Samuel. Cuando la organización le apostó a la creación de la cooperativa, descubrió que tenía grandes oportunidades laborales. Con el nacimiento de Isabel, su segunda hija y su ascenso a directora Jurídica, su vida personal y profesional se entrelazaron para siempre: “yo aquí tengo que hablar de trabajo y familia porque todo es uno para mí”.
Desde hace varios años Patricia asumió el rol de secretaria general que ha sabido ejercer con ética y dedicación.
“Sabemos para qué nacimos, para dónde vamos y con qué tenemos que llegar a cada persona”
Claudia Patricia Marín Aguilar:
30 años de crecimiento laboral y amor institucional.
En el mundo laboral donde la lealtad parece ser cada vez mas escasa, la historia de Claudia Patricia Marín Aguilar, auxiliar administrativa, sobresale. Con 30 años de servicio, su trayectoria es un testimonio vivo de dedicación, aprendizaje y gratitud.
Claudia llegó como recepcionista, sin experiencia previa en el sector financiero. “Todo lo que sé lo aprendí aquí”, confiesa y agrega que ha desempeñado distintos roles y funciones que le han permitido crecer, iniciando por la recepción hasta llegar al área comercial.
Junto a Microempresas, ademas de estabilidad laboral, Claudia también ha podido comprar su casa y su carro, logros que atesora. Pero mas allá de lo material, valora la calidad humana de la organización: “Es un orgullo pertene cer a una empresa así”.
“Mi deseo es seguir siendo una gran empresa, humana y competitiva”
Marta Inés Botero Botero:
la asesora que siembra progreso en las veredas de Antioquia.
Hay historias que merecen contarse, la de Marta Inés Botero Botero, asesora comercial rural del Plan Semilla, es una de esas. Durante 10 años, esta mujer ha recorrido los Caminos veredales del Retiro, La Unión y La Ceja, oriente antioqueño, llevando algo mas valioso que dinero: la posibilidad de cambiar vidas.
Llegó a Microempresas de Colombia sin saber de finanzas, pero se preparó académicamente y conectó su labor con el don para conectar con la gente. Hoy, Marta lleva esperanza a 16 veredas. Su cargo va mas allá de otorgar créditos: “Les enseñamos a nuestros asociados que el ahorro no es cuestión de cantidad, sino de constancia”.
“Seguiré recorriendo cada vereda con la misma pasión del primer día, porque aquí no vendemos productos, sembramos futuro”
Daniel Ruiz Osorio:
18 años tejiendo nuestro presente y futuro digital.
Cuando Daniel Ruiz Osorio llegó a Microempresas de Colombia en 2008, encontró una corporación con 45 empleados, un software financiero básico y procesos incipientes en el área de la tecnología. Hoy, como director de Innovación y Tecnología, mira con orgullo una de las cooperativas mas sólidas del país, donde cada paso dado ha estado direccionado hacia la inclusión financiera.
Cuando llegó “no sabía nada del sector microfinanciero”, confiesa, pero su visión y experiencia le han permitido aportar a la transformación de la entidad, que es referente de innovación. “No es solo tecnología —afirma—, es cómo el asociado vive una experiencia segura, ágil y humana”, por medio de nuestro ecosistema transaccional.
Con proyectos como el crédito digital y la integrabilidad financiera, Daniel sigue escribiendo capítulos de nuestra historia, en los que la tecnología es el puente para acercar oportunidades.
“Aquí no trabajamos para sistemas, sino para personas”, concluye. Y esa, quizás, es su innovación más perdurable.