En Bahía Solano, Chocó, comunidades indígenas priorizan acciones para su permanecía en el territorio y calidad de vida
De la mano de las comunidades, avanzan las acciones para garantizar a las familias indígenas del resguardo Alto Río Valle-Boroboro la recuperación de sus parcelas productivas, unidades de vivienda y el retorno sostenible a su territorio.
“Regresar es bueno porque nuestro territorio es nuestra madre, donde está nuestro resguardo. Nos gusta estar en nuestras comunidades, por eso es importante el respaldo para la garantía de nuestros derechos y vivir en paz.”, dijo Héctor, indígena de la comunidad El Brazo, ubicada a una hora y 30 minutos en chalupa del corregimiento el Valle de Bahía Solano, Chocó.
Hasta allí, recientemente, llegaron representantes del proyecto: “Atención humanitaria para el retorno seguro de comunidades indígenas Emberá del Río Valle en Chocó desplazadas por la violencia”, para realizar la entrega de kits de aseo, elementos que sumados al plan de recuperación de parcelas productivas y viviendas les garantizarán a las 202 familias de este cabildo y tres más, lugares aptos para vivir.
De acuerdo con Luis Miguel Gónzalez, coordinador de proyectos de Microempresas de Colombia, durante los dos primeros meses de ejecución del proyecto se han realizado encuentros con cada una de las comunidades: BakurúPurrú, El Brazo, Boroboro y Poza Mansa que conforman el resguardo Alto Río Valle-Boroboro, como resultado se han priorizado las 150 parcelas que serán intervenidas con base en: las afectaciones y necesidades de los terrenos, la capacidad de trabajo y producción de las familias y, por supuesto, criterios de inclusión y equidad que garanticen la distribución paritaria entre los beneficiarios del proyecto.
Adicionalmente, se han definido las 50 familias que recibirán los materiales necesarios para recuperar sus viviendas. Acciones orientadas a garantizar la soberanía alimentaria y mejorar las condiciones de vida de los 1.000 indígenas que habitan el territorio.
Acciones que valoran mujeres como Lina, Marcela, Claudia y Patricia, quienes agradecen estar de nuevo en su territorio, del que tuvieron que salir huyendo de la violencia, y donde ellas aseguran encuentran lo que necesitan para su día a día.
“Lo mejor es vivir en nuestras casas, porque uno puede criar a sus animalitos, acá tenemos el pan coger y se puede estar libre”, dijo Marcela.
Por su parte, Patricia pidió escuchar las palabras de los indígenas, líderes y gobernantes para ejecutar cualquier proyecto y conocer las verdaderas necesidades de los pueblos.
Una petición que se ha convertido en parte del ADN de este proyecto, cofinanciado por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo (FOCAD) y la Diputación Foral de Bizkaia, y ejecutado por Microempresas de Colombia en alianza con la Asociación Zabalketa.
Tanto así, que para mantener una comunicación fluida con las comunidades se han creado comités de seguimiento bimensuales y se cuenta en el territorio con un promotor del proyecto.
Adicionalmente, el 24 de septiembre se realizó el primer encuentro trimestral del resguardo, en el que participaron representantes de todas las comunidades para revisar los avances y reorientar en caso de que sea necesario la intervención de acuerdo a sus necesidades y los objetivos del proyecto que son tres:
La recuperación de parcelas productivas y sus unidades de vivienda para garantizar la soberanía alimentaria.
Reducir la afectación psicosocial y emocional y promover estrategias de resiliencia en las comunidades afectadas.
Verificar la continuidad en el funcionamiento de la ruta de restitución y protección de los derechos de las comunidades afectadas.
Propósitos alienados con tres de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible: Hambre cero, Ciudades y comunidades sostenibles y Paz, justicia e instituciones sólidas.
En cuanto al tema de seguridad y protección, según Luis Miguel Gónzalez, se ha revisado el avance de los procesos adelantados por la Unidad de Reparación de Víctimas y la institucionalidad, en busca de la no repetición y el reconocimiento del resguardo como víctimas colectivas para su reparación. Además, se han identificado los profesionales jurídicos que acompañarán el proceso.
Finalmente, pero no menos importante, en el territorio se vienen realizando talleres de memoria y se han concertado las actividades orientadas a brindar atención psicosocial a la población, entre las que se encuentran: jornadas lúdicas, recreativas y culturales en cada una de las comunidades.
“Yo espero que cada cosa que se haga se aproveche al máximo, que sean para beneficio de cada comunidad. Lo que deseo es éxito y que todo salga muy bien”, concluyó Lina.
*Nombre de las fuentes fueron cambiados por su seguridad
Para conocer más de este proyecto ingresa a:
Comunidades indígenas de Chocó recibirán apoyo económico y acompañamiento
Los beneficiados serán mil indígenas del resguardo Alto Río Valle-Boroboro, ubicado en Bahía Solano, quienes durante 12 meses recibirán formación, acompañamiento y recursos para la recuperación de parcelas productivas y sus viviendas.