Testimonios

Gloria Atehortúa Arango, una zaragozana de corazón, a sus 47 años se siente realizada por todo lo que ha podido lograr en su vida.

En el año 1998, luego de trabajar por poco tiempo como empleada de una panadería y haber aprendido claves para su manejo, tomó la decisión de emprender. “Yo quería independizarme y vi una oportunidad en este pueblo; no era muy experta en el manejo de todo del negocio, pero ahí fui afinando y aprendiendo con el tiempo”.

Después de 14 años de iniciar con su panadería, vio que su negocio había crecido más de lo que ella hubiera imaginado, por eso necesitaba hacer unas reformas en su local para prestar un mejor servicio y mejorar los tiempos de producción. Su idea coincidió con la apertura de una oficina de Microempresas de Colombia en el municipio antioqueño en 2012. Al día siguiente de la inauguración e impulsada por su sueño y la curiosidad, de camino a su local, Gloria entra a la nueva oficina de la cooperativa y pide asesoría para un crédito. “Merian, la jefe de la oficina, me habló sobre los beneficios de la cooperativa, me asesoró y comencé tomando un crédito de 15 millones para la reforma de la panadería”.

Para doña Gloria, su experiencia con Microempresas ha sido excelente, asegura que le abrieron las puertas para crecer más como empresaria y como persona. “Me ha ido muy bien con la cooperativa porque me abrieron las puertas para crecer más en mi negocio y darle una mejor vida a mis tres hijos”.

Desde que es asociada ha accedido a cuatro créditos que suman 66 millones de pesos, invertidos en hornos, vitrinas y maquinaria, para seguir brindando lo mejor a sus clientes en Zaragoza. La calidad de su negocio, sus panes e ingresos se siguen multiplicando.